La desnutrición crónica infantil (DCI) limita de manera irreversible el futuro de un niño, y está estrechamente vinculada a realidades como el embarazo en adolescentes, que perpetúa el ciclo de pobreza en las familias y comunidades. Prevenir el embarazo temprano no solo protege los proyectos de vida de las y los adolescentes, sino que también contribuye a reducir los índices de DCI, garantizando mejores condiciones de desarrollo para la niñez. No podemos esperar más. Invertir en los primeros 1.000 días de vida, junto con estrategias de prevención en adolescencia, es la decisión más poderosa que puede tomar un país para romper de raíz la transmisión intergeneracional de la pobreza. 

Datos que confirman esta intervención:  

DCI 

• La tasa nacional de DCI en menores de 2 años es del 20,1 %.
• En Manabí, la condición afecta a cerca del 23 % de los niños menores de dos años, una de las provincias más críticas.
• La DCI es mayor en poblaciones indígenas y en quintiles de pobreza extrema. 
• La situación tiene un impacto estructural: reduce productividad del país (4,3 % PIB), limita el desarrollo cognitivo y educativo a largo plazo. 
• Ecuador está entre los países de la región con mayor carga de desnutrición crónica infantil.

Embarazo en adolescentes 

En Ecuador, el embarazo adolescente sigue siendo una problemática prioritaria de salud pública y de derechos.

• Según el INEC, en 2024 (cifras provisionales) el 14,9% de los nacidos vivos correspondieron a madres de 10 a 19 años, sobre el total nacional de nacimientos.  
• Las provincias que registran el mayor número de niños nacidos vivos en mujeres adolescentes son: Guayas, Manabí, Pichincha, Los Ríos y Esmeraldas.
• La tasa de fecundidad adolescente alcanzó en Ecuador 55,5 nacimientos por cada 1.000 adolescentes de 15 a 19 años en 2023 
• Ecuador se encuentra por encima del promedio regional de América Latina y el Caribe (≈51,2 por 1.000) de tasas de fecundidad adolescente en Sudamérica, detrás de Venezuela, Paraguay, Bolivia y Colombia.

Parroquia Eloy Alfaro 

 Según el Plan de Desarrollo Territorial 2024-2035 del GAD de Manta, en 2023 se registraron 298 partos de adolescentes, el doble que en 2022 (143). De ellos, 20 fueron en niñas de 10 a 14 añosii. Este aumento, sumado al consumo de sustancias y la violencia, convierte a la parroquia Eloy Alfaro en una zona de alta vulnerabilidad psicosocial, especialmente para adolescentes y jóvenes. 

Un estudio sobre embarazo adolescente en Manta reveló graves efectos emocionales en las jóvenes con embarazos no deseados: 56,7% depresión, 16,7% tristeza, 16,7% soledad y 10% pérdida del deseo de vivir. El informe concluye que se requieren estrategias educativas y de salud para promover una sexualidad responsable y brindar apoyo psicológico y médico oportuno.